vaginismo

Vaginismo: causas, síntomas y tratamiento

23 marzo, 2022
Por el Comité Editorial Blog IVI Dona

El vaginismo es una disfunción sexual que afecta al 12 % de las mujeres de nuestro país, según datos de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). Esta alteración provoca que los músculos de la vagina se contraigan de forma involuntaria, lo que imposibilita mantener relaciones sexuales con penetración. No obstante, esta afección puede solucionarse con un tratamiento ginecológico y psicológico adecuado. A continuación, veremos en qué consiste el vaginismo y cuáles son sus síntomas y causas. Además, hablaremos sobre cómo son las relaciones sexuales con vaginismo.

Qué es el vaginismo?

El vaginismo es una afección en la que los músculos de la vagina se contraen y tensan, lo que provoca el cierre parcial o total de esta e impide mantener relaciones sexuales con penetración. No debe confundirse el vaginismo con la dispareunia o dolor que experimentan algunas mujeres al mantener sexo, puesto que en estos casos sí que existe penetración, aunque sea dolorosa. Si la mujer no se trata, el vaginismo puede llegar a convertirse en crónico, por lo que siempre es recomendable consultarlo con un especialista.

Por lo general, esta alteración femenina suele aparecer en la adolescencia con el comienzo de la menstruación y las relaciones sexuales, aunque no siempre es así. De hecho, en función del momento en el que se detecte, existen dos tipos de vaginismo:

  • Vaginismo primario: se diagnostica cuando la mujer nunca ha logrado mantener sexo con penetración vaginal. Es más habitual en adolescentes y se debe a factores de tipo psicológico.
  • Vaginismo secundario: la mujer ha mantenido relaciones sexuales anteriormente sin experimentar dolor hasta que llega un momento en el que deja de ser así. Este tipo de vaginismo aparece debido a secuelas del embarazo, partos anteriores o cirugías ginecológicas.

Tipos de vaginismo

En función del grado de la contractura vaginal y las molestias que ocasione, el vaginismo puede ser leve o severo. Los síntomas más habituales son:

  • Dificultad de la penetración vaginal.
  • Ardor, dolor o escozor durante el sexo.
  • Sensación de que la pareja golpea una pared durante el coito.
  • Disminución de la libido como consecuencia del dolor.
  • Problemas a la hora de utilizar tampones, copas menstruales u óvulos vaginales.
  • Molestias durante la realización de exámenes ginecológicos como la citología vaginal, también conocida como prueba de Papanicolaou.
  • Espasmos musculares en diferentes partes del cuerpo, como las piernas o la zona lumbar.

Síntomas del vaginismo

El vaginismo genera sensación de angustia y frustración en las mujeres que lo padecen y puede deberse a causas psicológicas, físicas o a una combinación de ambas. Entre las más comunes se encuentran:

Causas psicológicas

  • Ansiedad o depresión.
  • Prejuicios o educación sexual escasa y ligada a tabúes.
  • Desconocimiento del propio cuerpo.
  • Experiencias sexuales negativas previas.
  • Miedo al sexo o a quedarse embarazada.
  • Problemas de autoestima o de aceptación de la propia imagen.

Causas físicas

  • Abortos o partos traumáticos.
  • Aparición de úlceras o infecciones vaginales.
  • Himen rígido.
  • Inflamación de las glándulas de Bartolino, que estás ubicadas en la entrada de la vagina y son las responsables de la lubricación.
  • Tumores en la pelvis.
  • Mala cicatrización de la episiotomía, incisión que se realiza durante el parto.

¿Cómo afecta el vaginismo a las relaciones sexuales?

El vaginismo es un problema que afecta a la vida sexual de la mujer, por lo que siempre es importante hablarlo con la pareja o el entorno para afrontarlo y evitar sentimientos negativos. Además, el hecho de que no exista penetración vaginal no implica que estas mujeres no puedan excitarse sexualmente o tener orgasmos, puesto que existen otras prácticas que no conllevan penetración y también son satisfactorias. En casos leves, el uso de gel de lidocaína ayuda a tener sexo sin dolor gracias a su efecto anestésico.

Por otra parte, es importante contar con la ayuda de expertos en vaginismo. La contracción involuntaria de la vagina y el dolor que ocasiona puede deberse a una causa física que necesite tratamiento ginecológico, pero también psicológico mediante una terapia multidisciplinar. En cuanto a la parte física, esta suele consistir en la realización de ejercicios del suelo pélvico como los de Kegel, que están enfocados a controlar y fortalecer la musculatura de esta zona. Además, es aconsejable hacer técnicas de respiración y relajación. Junto a ello, el uso de dilatadores vaginales, aplicados de forma gradual, son muy eficaces para lograr mantener relaciones sexuales con vaginismo.

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